La esencia del periodismo reside en su responsabilidad de hacer que quienes ostentan el poder expliquen a la sociedad sus decisiones y acciones. Esta misión, que arranca en los orígenes de la profesión, es hoy más ardua, pues tiene que enfrentarse por el camino con infinidad de noticias falsas que debe denunciar y sacar de la circulación. Para seguir con su labor de control. Pero también para salvaguardar la supervivencia del periodismo.
«La esencia del periodismo reside en su responsabilidad de hacer que quienes ostentan el poder expliquen a la sociedad sus decisiones y acciones»
En el panorama mundial, The Washington Post se ha convertido en uno de los medios de comunicación que más acciones ha emprendido en defensa de la veracidad informativa. Desde The Fact Checker denuncia diariamente noticias falsas. Solo entre enero de 2017 y enero de 2021, la plataforma denunció 30.000 “falsedades” o “afirmaciones engañosas” en aspectos como la economía, el COVID o la inmigración.
Ante este escenario, el único camino posible para defender la verdad y devolver la confianza a los medios es hacer un periodismo preciso y publicar reportajes en profundidad que aporten contenido de valor.
En Lobby Comunicación también sufrimos los efectos de la desinformación por saturación de contenidos no filtrados, no consensuados o sencillamente falsos. Y que en ocasiones afectan a nuestros clientes.
La desinformación se propaga rápidamente, los ciudadanos necesitan confiar en las fuentes de información y los periodistas -ya sea de medios, de agencias o de instituciones- tenemos la responsabilidad de proporcionar datos verificados y objetivos. Las redacciones “adelgazadas” en los últimos años, como resultado de unos recursos cada vez más exiguos, no han ayudado a mantener los estándares de precisión, contraste y exhaustividad a la hora de publicar.
«Las redacciones “adelgazadas” en los últimos años, como resultado de unos recursos cada vez más exiguos, no han ayudado a mantener los estándares de precisión, contraste y exhaustividad a la hora de publicar»
En este sentido, más allá del poder que indiscutiblemente tiene la prensa -no en vano es el “cuarto poder” por su capacidad de influencia en temas políticos y sociales- es fundamental defender la viabilidad económica de los medios de comunicación. Porque, si bien es cierto que precisamente por la misión intrínseca al periodismo, la rentabilidad no puede ser un fin en sí mismo, sí debe ser un medio para garantizar la libertad informativa. Deben ser rentables para ser libres, y evitar así el riesgo del condicionamiento en sus contenidos.